Según el comprador y el vendedor, en ciertos casos se verifica la venta del cien por cien del negocio y en otros casos de un porcentaje especifico. 

A nivel matemáticas podemos considerar estas cuatro opciones:

1. Vender el 100% de nuestra clínica, negociar un buen precio y conseguir un buen múltiplo de nuestro EBITDA o del beneficio bruto del año anterior multiplicado, salir de la estructura de la clínica de la cual nos desligamos totalmente dejando de tener influencia en el negocio

2. Vender el 100% de la clínica pero negociar una parte del pago en diferido o variable a lo largo del tiempo que estemos vinculados al negocio. De esta manera, seguiremos teniendo influencia sobre el negocio y tendremos incentivos, pero asumiremos que seremos un empleado más y no un propietario. Muchos propietarios no logran asumirlo y esto da lugar a inestabilidad en el equipo y frustraciones personales en el vendedor.

3. Vender sólo una parte del negocio. En este modelo de venta recibimos un dinero inicialmente, recibimos dividendos, participamos en la dirección y toma de decisiones del centro, no nos desligamos del negocio y seguimos asumiendo responsabilidades. 

Esta fórmula es interesante siempre que pactemos una venta del 100% ligada por ejemplo a un crecimiento de EBITDA, y fijando un precio especifico para dentro de unos años. Como contra podemos decir que los fondos siempre adquieren la parte mayoritaria de las participaciones y por tanto a la hora de los dividendos también rescatarán la mayor parte. Es importante tener este aspecto bien claro.

4. La última opción a considerar, especialmente si somos muy jóvenes o pensamos que aún no estamos preparados para emprender la retirada, es buscar un socio. Esta alternativa se puede valorar con una opción de venta fijada a varios años, creando una estructura societaria con una distribución determinada de las participaciones, etc. De esta forma, podremos seguir participando en todas las decisiones, crecimiento, beneficios y responsabilidades del negocio.

Valorar estas cuatro opciones es importante, pero no solo eso debe de hacernos tomar la decisión de vender. Debemos tener claro cuánto dinero necesitamos, prever no solo nuestros gastos habituales, también los imprevistos que puedan surgir, valorar el impacto personal, familiar, emotivo y profesional que la venta causará. Solo así podrás identificar si es el momento de vender, por encima de burbujas y fondos.

Aunque creo que lo más importante son los factores cualitativos. Y si quieres vender hazlo a un comprador que sea afine a tu forma de ver el negocio y tus valores.